La Palma Amarga, llamada también Soso por la comunidad indÃgena Cuna, corresponde a la especie de nombre cientÃfico Sabal mauritiiformis, que fue descrita inicialmente por Gustav Karl Wilhelm Hermann Karsten y luego por August Heinrich Rudolf Grisebach y Hermann Wendland, y publicada en 1864.
Es oriunda del Caribe y ocurre en las zonas cálidas, especialmente en el bosque seco tropical y en el bosque húmedo hasta los 1.000 metros de altitud, desde México hasta Venezuela. Según Rodrigo Bernal, en Colombia crece en todo el Caribe, aunque se han encontrado poblaciones silvestres en el Valle del Cauca, Cundinamarca y Tolima.
El género Sabal comprende 16 especies distintas, todas ellas americanas, pero en nuestro paÃs solo se da la que es objeto de esta reseña.

La denominación del género Sabal fue obra del botánico, pteridólogo, algólogo y micólogo francés de origen escocés, Michel Adanson (1727-1806), al parecer tomada de un nombre de origen propio del lugar, puesto que el cientÃfico no dio ninguna explicación adicional a su propuesta. El epÃteto especÃfico mauritiiformis significa con la forma de Mauritia, que es otro género de palmas, muy bellas, además.
La Palma Amarga puede a alcanzar los 20 metros de altura y durar 60 años. Las hojas son grandes, llegan a medir 3 metros de diámetro y tienen forma de abanico. En estado juvenil su tronco forma unos rombos externos caracterÃsticos, como una trenza, por lo que, con la arquitectura de la palma y el tamaño de sus hojas, la hacen muy ornamental. Pero es muy poco usada en Colombia para este propósito.
Aunque sus frutos son comestibles y se recolectan a mitad de año, la palma ha sido tradicional y profusamente utilizada en la región Caribe para techar las viviendas de los nativos que, afortunadamente, cosechan sus hojas de una manera no destructiva del ejemplar.
Pero como lamentablemente nadie la reproduce ni cultiva, la especie tiene muy amenazadas sus poblaciones. En el municipio de Planeta Rica, en el departamento de Córdoba, se pueden apreciar buenas cantidades de estas pintorescas palmas.
SerÃa ideal que se reprodujera intensamente para embellecer las áreas urbanas de Colombia en las tierras cálidas.
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Nota: este artÃculo hace parte de una serie de documentos relacionados con los usos de las palmas nativas de Colombia, y del convenio interinstitucional 060/16 de 2020 entre Fedepalma, Cenipalma y el JardÃn Botánico del QuindÃo, con el cual se está realizando un intercambio cientÃfico para el cuidado de las palmas en el paÃs.