La frontera terrestre entre Colombia y Panamá, acordada por los dos países en 1924, está conformada por 14 hitos, uno de los cuales se llama el empalme porque coincide con la Serranía del Darién. Es una zona de selva densa, muy diversa, que corrientemente se ha denominado Tapón del Darién porque no está aún cruzada por ninguna vía construida.
Fue en esta región, exactamente en el municipio de Acandí, cerca de la Quebrada El Brillante, a 8 kilómetros al suroccidente de Capurganá, donde el botánico, Rodrigo Bernal, encontró y recolectó una palma muy conspicua, el 23 de agosto de 2013, que después describió en compañía de Gloria Bernal, en ese mismo año, en la revista Phitotaxa, publicación de Nueva Zelanda, especializada en trabajos taxonómicos botánicos. Allí, en el número 144, entre las páginas 27 a la 44, apareció el artículo titulado Sabinaria, a new genus of palms (Cryosophileae, Coryphoideae, Arecaceae) from the Colombia-Panama border. Lo importante de este hallazgo científico es que no fue tan solo una nueva especie, sino un género nuevo de palmas, al que le dieron el nombre de Sabinaria como un homenaje a la hija común de los dos investigadores, Sabina Bernal Galeano.
La palma solo ocurre, como se ha indicado, al noroccidente del Chocó colombiano y en Panamá al oriente en inmediaciones de la Provincia de San Blas, en bosques húmedos con precipitación de 3.000 mm anuales, entre los 100 y los 250 metros de altitud.
Es pues una especie endémica de alto valor ornamental. Sus descubridores dicen que alcanza los seis metros de altura y que no tiene espinas. En la Colección Nacional de Palmas del Jardín Botánico del Quindío hay algunos ejemplares sembrados que se han comportado bien.
En la Resolución 1912 de 1976 sobre biota amenazada de Colombia figura en la categoría “vulnerable” (VU). No aparece aún en las listas rojas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Es una palma bellísima, cuyas hojas semejan mariposas en vuelo.
- Nota: este artículo hace parte de una serie de documentos relacionados con los usos de las palmas nativas de Colombia, y del convenio interinstitucional 060/16 de 2020 entre Fedepalma, Cenipalma y el Jardín Botánico del Quindío, con el cual se está realizando un intercambio científico para el cuidado de las palmas en el país.