Por:
David Arturo Munar-Flórez, : Asistente de Investigación
Nidia Elizabeth Ramírez-Contreras : Investigador Postdoctoral
Jesús Alberto García-Núñez : Investigador Titular
La gasificación es un proceso innovador que permite dar uso a la biomasa residual para producción de bioenergía al transformarla en una mezcla de gases (CO, H2, CO2, CH4) e hidrocarburos de mayor peso molecular.
Considerando este beneficio, en los últimos años ha aumentado el interés por utilizar los flujos de biomasa residual de la agroindustria de la palma aceite para obtener productos de valor agregado y, así, contribuir al uso eficiente de la biomasa y aumentar la sostenibilidad de esta agroindustria.
En la producción del aceite de palma crudo se genera biomasa residual, que puede clasificarse en sólida y líquida (efluentes o POME por sus siglas en inglés). La biomasa sólida incluye a los racimos de fruta vacíos, el cuesco y la fibra de mesocarpio. La sólida, es actualmente utilizada como materia prima para la generación de vapor y electricidad de uso interno en las plantas de beneficio. También se usa en la generación de productos como biocarbón, aglomerados de biomasa, compost, entre otros.
En la siguiente figura se puede observar la distribución de cada tipo de biomasa en los principales usos del sector. Aunque una parte de la biomasa sólida se utiliza actualmente, se tiene el potencial de incrementar los beneficios por su uso en otros procesos como la gasificación para la obtención de gas de síntesis y energía, además del uso de estos productos dentro y fuera del proceso de extracción del aceite de palma.
Sin embargo, la implementación de este proceso en la industria del aceite de palma podría enfrentar ciertas complicaciones derivadas de la variabilidad en las propiedades físicas y químicas de la biomasa, lo cual dificultaría la obtención de un proceso estandarizado para su tratamiento. Además, el contenido de humedad, la generación de alquitranes y el estado de madurez tecnológico (TRL) de la gasificación podrían presentar obstáculos técnicos y económicos. No obstante, en este sector existe la ventaja de contar con una abundante disponibilidad de biomasa concentrada en un solo lugar.
Al implementar esta tecnología sería posible gestionar de manera eficiente la biomasa, lo que resultaría en una fuente adicional de generación de energía renovable. La posibilidad de comercializar el gas de síntesis producido o la energía obtenida constituiría, asimismo, una fuente adicional de ingresos.