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César Augusto Gualteros Hernández, un profesional de la palma

Este ingeniero agrónomo de 33 años ha tenido a la palma como un referente en su vida. Su padre Augusto Gualteros, también agrónomo, trabajó en una empresa de cultivo de palma en San Martín, Meta, y en 1988 decidió comprar un área de tierra y hacer su propio cultivo. Hoy cuenta con 37 hectáreas de palma, en esa zona, en un negocio familiar.

El Encanto es el nombre de la finca, y aunque durante algún tiempo César Augusto estuvo alejado de esta mientras se graduaba como ingeniero de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (UDCA), en Bogotá, hoy se desempeña como administrador del cultivo. Según el productor, “el manejo que se le da a la plantación cuando se tiene un conocimiento profesional es más técnico y se puede hacer con mejores profundizaciones en los análisis foliares, en la certificación y en el control de plagas. Entonces uno va implementando todas esas prácticas para tener buenos rendimientos en producción, algo en lo que estamos trabajando ahora”. César Augusto está consciente de lo importante de la capacitación constante, por eso asiste a las charlas que puede: “Todos los días se aprende. A pesar de ser profesional en esto, uno no se las sabe todas y hay que estar atento a todo lo que le pueda servir, y aplicarlo”.

La aplicación de mejores prácticas agrícolas y el cuidado del medioambiente han marcado la diferencia en productividad de la finca El Encanto

En esos 33 años los obstáculos por superar no han faltado, la llegada de la Pudrición del cogollo (PC), los precios bajos y la presencia de grupos armados han puesto a prueba su compromiso y el de su familia con la palma. Pero enfrentar todo esto ha dado sus frutos y hoy en día las cosas están mucho mejor. “Cuando llegó la PC fue muy difícil para nosotros, sin embargo, a través del monitoreo, de seguir las recomendaciones del manejo palma a palma con la aplicación de agroquímicos, de hacer las cirugías a las palmas y todo lo que nos aconsejaban, fue la forma de salir adelante. Entonces empezamos a renovar con materiales resistentes a la PC, algo que nos ha permitido no tener inconvenientes por esta enfermedad en este momento”.

Ni la pandemia detuvo la productividad del cultivo

En cuanto a la pandemia cuenta que en la plantación se tuvo que implementar el tema de bioseguridad: lavado de manos, tapabocas, distanciamiento y sobre todo lograr que al cultivo no ingresara personal externo, solo los que estuvieran en cosecha para evitar la entrada del virus. Con eso les fue bien ya que “no hubo contagios ni fallecimientos en los momentos más difíciles”.

La palma ha traído grandes beneficios para los Gualteros Hernández, ya que ha permitido que todos los hijos de Augusto, su padre, llegaran a ser profesionales. Hoy César cuenta con una linda familia compuesta por su esposa y sus dos hijos de 5 años y de 8 meses, y ve en la palma un modo de vida que permite seguir desarrollando su carrera en un negocio promisorio.

Todos los días se aprende, a pesar de ser profesional en esto, uno no se las sabe todas, y hay que estar atento a todo lo que le pueda servir y aplicarlo.

 

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