Por:
Juan Carlos Vélez Zape
Diego Andrés Casas Patarroyo
Erick Jair Briceño Urrego
Área de Formación y Capacitación, Dirección de Extensión.
Hace apenas cuatro años, hablar de educación virtual gozaba de una alta descalificación social basada en la supuesta baja efectividad del aprendizaje y en la incredulidad de poder asumir un proceso serio con impacto en las personas por la ausencia física de profesores. No obstante, como resultado del confinamiento global motivado por la protección a la vida ante un virus cruel y desconocido, el sector palmero tomó la oportunidad tecnológica, derrumbó los mitos sobre las mediaciones virtuales y aprendió que la autodisciplina, la autonomía y la autogestión facilitan aprendizajes que transforman personas y realidades (Figura 1).
Así las cosas, y generando sinergias con aliados externos, durante 2022 las empresas del sector tuvieron la posibilidad de acceder a un portafolio de recursos educativos enfocados a desarrollar competencias y capacidades en temas relacionados con el cultivo de palma de aceite y, en este sentido, el trabajo de Cenipalma con Agrolearning (plataforma educativa de Solidaridad Network, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a el desarrollo de mercados sostenibles e inclusivos) ha cosechado una vez más excelentes resultados.
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Gracias a los recursos del Fondo de Fomento Palmero y de Solidaridad Network se lograron ofertar los cursos virtuales de Eficiencia de la fertilización en suelos de las zonas de producción palmera, Polinización artificial en palma de aceite y Calibración de equipos de aspersión en la empresa palmera, diseñados entre el equipo de Formación y Capacitación, investigadores de Cenipalma con amplia experiencia en áreas de cultivo y los profesionales de diseño educativo de Agrolearning. Estas mediaciones virtuales contaron con la participación de 286 trabajadores de 54 empresas palmeras de las 4 zonas de producción del país, conformando así la segunda cohorte de esta oferta educativa.
Cada curso contó con cinco unidades temáticas, planteadas para ser desarrolladas en el transcurso de dos meses, utilizando el reto como elemento didáctico que permitió la apropiación de aprendizajes y la confrontación de estos con sus realidades productivas. Diana Sánchez, colaboradora de Agroingenio S. A. S., empresa ubicada en el departamento de Cesar, afirmó: “El curso de fertilización me brindó nuevos conocimientos y permitió aclarar dudas relacionadas con este proceso, en mi trabajo mejoró la logística para desarrollar las actividades y garantizar la correcta aplicación del producto en el cultivo y así obtener excelentes rendimientos”.
Los porcentajes de aprobación de estos cursos osciló entre 24,1 y 68%, indicador notable dado el esfuerzo que implicó asumir decididamente procesos educativos a través de mediaciones virtuales. No obstante, en la permanencia a estos cursos, que osciló entre 47 y 60,2%, se encontraron grandes oportunidades de mejora que se esperan superar con el apoyo de los empresarios, trabajadores y gremio.
Una novedad de esta versión del trabajo con plataformas educativas lo constituyó la apertura de un curso autónomo para el desarrollo de competencias y habilidades digitales en personas que nunca habían accedido a este tipo de recursos tecnológicos. Esta acción educativa favorece el cierre de brechas en el uso de tecnologías 4.0 y posibilita su acceso a muchos productores y trabajadores. De acuerdo con lo anterior, los participantes tuvieron un primer acercamiento a los temas informáticos y se familiarizaron con la virtualidad y todo lo que esta implica tal como la flexibilidad de horarios, autonomía y ausencia de supervisión por parte de un tutor o guía, entre otros.
Este año se continuarán ofreciendo estas capacitaciones, buscando incentivar, cada vez más, el cierre de brechas de capital humano de la agroindustria y potenciar el uso de la tecnología para la formación de ciudadanos digitales que aporten a la productividad y sostenibilidad de la agroindustria de la palma de aceite en Colombia.