Por:
Mónica Silva Saldaña, Colaboradora de Fedepalma
Gabriel Alejandro Molano Rojas, Especialista de Publicaciones
La tecnología puede ayudar al campo a producir grandes frutos. Algunos avances de la era de la informática ya brindan valiosos aportes a la actividad agrícola, como el desarrollo de análisis espacial llamado Sistema de Información Geográfica (SIG). Este programa permite capturar, almacenar, verificar y mostrar datos relacionados con posiciones en la superficie de la Tierra. Los SIG pueden visualizar muchos datos de diferentes tipos en un mapa, como calles, edificios y vegetación, lo cual permite ver, analizar y comprender más fácilmente patrones y relaciones.
Este tipo de avances se puede utilizar para mostrar topografía, como plantaciones y arroyos. Específicamente en la agricultura, un SIG hace posible cartografiar los datos del campo, organizarlos y analizarlos, así como monitorizar cultivos a distancia. Además, estos sistemas ayudan a los agricultores a detectar tendencias y patrones, usar la detección de cambios y abordar rápidamente los problemas. La agricultura de precisión depende en gran medida de los SIG para recopilar e interpretar grandes cantidades de datos de campo, los cuales sirven de base en la toma de decisiones con conocimiento de causa.
En la palmicultura, estas herramientas ya muestran resultados. José Gregorio Ortega Grimaldo, Líder agronómico de Palmiagro del Norte S. A. S., comparte que, desde 2018, esta organización adoptó el uso del Sistema de Información Geográfica en palma de aceite.
Hoy, particularmente, lo usamos en frentes como lo que tiene que ver con el estimativo de producción y seguimiento fitosanitario. Conocemos hoy los focos que particularmente afectan la problemática sanitaria en nuestra base de suministro.
José Gregorio Ortega Grimaldo, Líder agronómico de Palmiagro del Norte S. A. S.
La gerencia y la junta directiva de esta empresa constituida por pequeños productores tiene como direccionamiento poner la tecnología al alcance de palmicultores de pequeña escala que no suponen unos costos exorbitantes.
Para hacer uso de este sistema, un paso fundamental es la capacitación. Por ello, “hoy el equipo técnico está completamente capacitado; de hecho, con Cenipalma adoptamos esta tecnología porque ellos, particularmente el ingeniero Víctor, nos transfirieron esta tecnología al Núcleo. Hoy la estamos poniendo en práctica; sin embargo, también hay un reto y es que nuestros pequeños productores logren empezar ellos también a conocerla, a manejarla”, puntualiza José.
Otra situación que sale a relucir en la adopción de tecnología es el proceso transicional del traspaso de la actividad productora a los sucesores. “Me llama particularmente la atención el relevo generacional. Conocemos que nuestros pequeños productores, un número importante de ellos, son ya personas de edad avanzada, pero tienen hijos entre los 18 y 25 años, que sabemos podemos empezar, a través de una escuela de capacitación, de la mano con el centro de investigación, a darles a conocer este tipo de estrategias que están al alcance del pequeño productor”, recalca el especialista.
Esta necesidad está asociada precisamente a los beneficios que proporciona este tipo de herramientas, como lo destaca José Gregorio: “Hoy los productores conocen sus problemáticas de manera focalizada. Ellos también conocen sus producciones, su productividad. Es acercarles a ellos transferencia de tecnología de manera focalizada en cuanto a nutrición, plagas y enfermedades, en cuanto al tema de productividad, y cómo se va a comportar la misma dentro de sus lotes”.
Y así como Palmiagro del Norte S. A. S.,lo hace con los pequeños productores que conforman esta organización, todos los palmicultores que estén interesados en implementarlo lo pueden hacer a través de Cenipalma, mediante el programa Sigpalma, un moderno Sistema de Información Geográfica para optimizar la gestión y el manejo agronómico de las plantaciones de palma de aceite.