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Muestreo y análisis de raquis en el diagnóstico nutricional de la palma de aceite

Foto: Álvaro Hernán Rincón
Nota técnica 

Por:

Álvaro Hernán Rincón Numpaque, Asistente de Investigación Suelos y Aguas 
Luis Carlos Macias, Tecnólogo Área de Suelos y Nutrición
Nolver Atanacio Arias Arias, Coordinador Programa de Agronomía de Cenipalma 

Este artículo hace parte de los productos de divulgación del proyecto de inversión Investigación en la agroindustria de la palma de aceite del Fondo de Fomento Palmero, administrado por Fedepalma.

El manejo nutricional de la palma de aceite tiene como base un diagnóstico adecuado en el cual se consideran diferentes herramientas para identificar situaciones de deficiencia y toxicidad de algunos elementos, así como estimar los requerimientos nutricionales del cultivo y contrarrestar posibles problemas de antagonismo entre nutrientes. Estas herramientas incluyen los análisis de suelos, análisis foliares y la identificación de síntomas visuales de deficiencias en campo.

En el caso de la palma de aceite, los análisis foliares han sido una de las herramientas más utilizadas para el diagnóstico y recomendación nutricional, ya que permiten conocer la concentración de los elementos y determinar con anticipación cualquier situación de deficiencia o exceso en la planta. A pesar de esto, se ha reconocido también que el alcance de los análisis foliares puede tener algunas limitaciones, debido a que la calidad de los resultados y su interpretación están altamente influenciados por la edad y el estado de madurez de la planta, así como el nivel de la hoja en el que se toma la muestra, las condiciones medioambientales y las interacciones entre suelo y planta que afectan los procesos de absorción y traslocación de los nutrientes.

Por estos motivos, diversos trabajos se han enfocado en mejorar el alcance del diagnóstico foliar, desde la determinación de niveles críticos foliares en condiciones locales de cada zona palmera hasta el análisis de raquis como complemento al análisis foliar. El uso de los análisis de raquis se ha difundido en los últimos años, específicamente para el caso del potasio, partiendo de la premisa de que los contenidos de este elemento en el raquis tienen un mayor grado de correlación con la producción. De esta manera, se ha sugerido el uso combinado de los análisis de raquis y de foliolos, con el fin de determinar si realmente la planta presenta bajos contenidos del elemento, o bien, si el elemento está retenido en otras estructuras de la planta y se necesita acciones que favorezcan su traslocación y prevengan su inmovilización a futuro.

Una de las preguntas más comunes en torno al uso de estos análisis es sobre el procedimiento de toma y preparación de las muestras adecuado para su análisis, además de la interpretación de los resultados con fines de manejo nutricional. En este sentido, a continuación, se describe brevemente el proceso de muestreo de raquis y algunos valores de referencia para su interpretación.

En primer lugar, para tomar las muestras de raquis se sigue el mismo procedimiento establecido por Cenipalma para la toma de muestras foliares, seleccionando palmas sanas y representativas dentro de cada unidad de manejo agronómico (UMA). Las palmas seleccionadas para tal fin deben estar plenamente identificadas y marcadas, de esta manera también se le puede hacer seguimiento a los resultados de los análisis de raquis en el tiempo. Por lo general, las muestras de raquis se toman en las mismas palmas destinadas al muestreo foliar y de suelos dentro de cada unidad de manejo agronómico.

Una vez identificadas las palmas, se corta la hoja 17 en el caso de las palmas adultas y la hoja 9 en palmas <4 años. De la porción central de la hoja, correspondiente aproximadamente al punto donde el raquis se reduce hasta convertirse en un borde afilado, se toman las muestras de foliolos para el análisis foliar y se corta una porción del raquis de 10 a 25 cm (Figura 1). Las secciones de raquis cortadas se introducen en una bolsa plástica por cada UMA.          

Toma de muestra en la porción central de la hoja 17
Figura 1. Toma de muestra en la porción central de la hoja 17. Foto: Álvaro Hernán Rincón

Las muestras colectadas se limpian con algodón y agua destilada y se eliminan los extremos que pudieran estar contaminados con suelo o residuos de campo. No se recomienda sumergir los raquis en agua.

Posteriormente, se pica la muestra en trozos pequeños y se divide en dos muestra y contramuestra; ambas se disponen en bandejas o en bolsas de papel nuevas y perforadas para el secado. No se debe eliminar la capa verde para mantener la concentración original de los nutrientes (Figura 2).

Figura2. Limpieza y picado de muestras de raquis.
Figura2. Limpieza y picado de muestras de raquis. Foto: Álvaro Hernán Rincón

Después de cortadas, las muestras y contramuestras se llevan a secar por turnos a una temperatura de 80 °C durante 24 horas o hasta que las muestras se tornen crocantes y duras, sin humedad. Posteriormente, se introducen en bolsas plásticas y se etiquetan con la información de la UMA correspondiente (Figura 3). Las muestras así preparadas se envuelven en plástico, se embalan en cajas y se envían al laboratorio para su análisis químico.

Preparación de muestras: A) Muestra triturada y seca. B) Muestra etiquetada para envío a laboratorio
Figura 3. Preparación de muestras: A) Muestra triturada y seca. B) Muestra etiquetada para envío a laboratorio.

Una vez analizadas las muestras, los resultados se pueden interpretar teniendo en cuenta algunos niveles de referencia, como los publicados por Teoh y Chew (1987), los cuales se describen a continuación:  

Tabla 1. Niveles de referencia de potasio en raquis de hoja 17 en palma de aceite E. guineensis.

Estado K (%) en raquis
Alto  > 1,60
Adecuado  1,31 – 1,60
Marginal 1,01 – 1,31
Bajo < 1,01

La interpretación se realiza de manera integral de los análisis de raquis y folíolos. De esta manera, si el potasio se encuentra en bajos contenidos en los dos tejidos, es indispensable aplicarlo en la fertilización para satisfacer las demandas vegetativas y de producción, además de incrementar la reserva del elemento en la planta. Por otra parte, si el potasio se encuentra en niveles bajos en los folíolos, pero tiene contenidos adecuados o altos en el raquis, es posible que el nutriente este inmovilizado y se requiera de otras acciones para aprovecharlo mejor. En este sentido, las aplicaciones de nitrógeno pueden contribuir a la movilización del potasio, incrementando sus contenidos foliares e incrementando su eficiencia de uso.

La combinación de análisis de folíolos y de raquis es una estrategia valiosa especialmente en aquellos cultivos en los cuales no se encuentran respuestas a las aplicaciones de potasio y también se constituye en una herramienta más para evaluar la efectividad de las fuentes fertilizantes utilizadas.

Pauta julio FFP

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