Por:
Elizabeth Ruiz, Investigador Asociado I
Mario Parra Bonilla, Estudiante Ingeniería Agroindustrial
Mauricio Mosquera-Montoya, Coordinador de la Unidad de Validación de Resultados de Investigación.
La cosecha de racimos de fruta fresca (RFF) comprende las actividades de corte, alce, recolección y evacuación; esta actividad concentra la mayor cantidad de personal en el cultivo de palma de aceite. En plantaciones con rendimientos de cultivo que oscilan entre 25 y 30 toneladas de RFF por año, se necesitan entre 14 y 25 jornales por hectárea para la cosecha. La demanda de mano de obra de esta actividad se enfrenta a la escasez de recurso humano capacitado para la cosecha, la competencia por ese recurso humano con otras actividades económicas (legales e ilegales) y el envejecimiento de la población rural. En consecuencia, la gestión de este recurso deberá tener en cuenta los siguientes aspectos:
1. La productividad de los cultivos
La cual está en función de condiciones agroclimáticas, manejo agronómico y genética. Al tener más racimos maduros para la cosecha, el trabajador puede dedicarse más tiempo a cosechar palmas que a la búsqueda de racimos. Un cultivo de palma E.guineensis sembrado en 2008, que produce 21,6 toneladas de RFF por hectárea al año, permite un rendimiento laboral que oscila entre 1,5 y 2,2 toneladas de RFF por hombre al día (Figura 1), dependiendo de la disponibilidad de fruta en el campo.
2. Adopción de la tecnología disponible
Orientada a mejorar los procesos productivos, reducir costos de producción y aumentar la rentabilidad. Existen máquinas que facilitan el corte y el alce de RFF. En este orden de ideas, el cortador mecanizado PC70 a nivel comercial evidenció aumento de la productividad laboral en un 28% (pasando de 2,6 a 3,3 toneladas RFF por hombre al día) en palmas con alturas menores a 5 metros. En lo que concierne al alce, el tractor con grabber (Figura 2) evidenció incrementos de la productividad laboral del 16% (pasando de 2 a 2,32 toneladas de RFF por hombre al día).
3. Planificación adecuada de la cosecha
Ello implica definir objetivos, estrategias y actividades a realizar; así como asignar los recursos necesarios. Para organizar bien la cosecha, es necesario conocer la cantidad de fruta disponible en cada unidad de producción (lote), lo cual se puede estimar con datos de censos de producción en variedades E.guineensis, o con datos de inflorescencias polinizadas en los híbridos OxG.
Para calcular el personal necesario, se debe tener en cuenta la cantidad de fruta que se va a cosechar, así como el método de cosecha, la productividad de los lotes y el desempeño de los trabajadores. También se debe planificar el uso adecuado de las herramientas y maquinaria, mediante un plan de mantenimiento preventivo (incluyendo los semovientes, tractores, equipos para cortar los racimos y otros elementos del proceso).
Otro aspecto importante para tener en cuenta es el cuidado general del lote, por ejemplo, realizar podas periódicas, facilita a los trabajadores reconocer el nivel de madurez de los racimos de forma más sencilla y rápida, mientras que un buen cuidado de las calles de tránsito agiliza el desplazamiento de los trabajadores, y un buen cuidado de las vías y pasa tubos, previene retrasos en el transporte de la fruta. Asimismo, es necesario considerar la ubicación de los acopios, las mejores rutas para sacar la fruta.
4. Administración eficiente del recurso humano
Implica adelantar todas las acciones que contribuyen a crear un ambiente positivo en las organizaciones, en otras palabras, contratación, trato justo y remuneración adecuada. Para ello, son necesarias la capacitación, la concertación de objetivos y la evaluación de desempeño del empleado. No menos importante resulta considerar el cuidado de la salud de los empleados y emprender acciones que contribuyan con su bienestar.