En 2018, la Organización Mundial de Salud (OMS) lanzó una estrategia para la eliminación del uso de grasas trans en la producción de alimentos de consumo humano, dada su directa responsabilidad en el aumento de enfermedades cardiovasculares y mortalidad. Este programa se denominó REPLACE, sigla en inglés que en español significa “reemplazar”.
REPLACE es una guía que promueve seis acciones, inmersas en las letras que componen su nombre:
- RE de Review (Revisar): examen de las fuentes dietéticas de grasas trans producidas industrialmente en la alimentación y de los cambios de política necesarios.
- P de Promote (Promover): fomento de la sustitución de las grasas trans producidas industrialmente por grasas y aceites más saludables.
- L de Legislate (Legislar): legislación o aprobación de medidas regulatorias para eliminar las grasas trans producidas industrialmente.
- A de Assess (Evaluar): evaluación y seguimiento del contenido de grasas trans en los alimentos y de los cambios de su consumo por la población.
- C de Create (Concientización): concienciación de los planificadores de políticas, los productores, los proveedores y la población sobre los efectos negativos de las grasas trans en la salud.
- E de Enforce (Cumplimiento): obligación de cumplimiento de las políticas y regulaciones.
La meta era eliminar estas grasas de las preparaciones industriales de alimentos para este 2023, pero, ¿se ha logrado?
Aún no. El mundo todavía no está libre de grasas trans. Según la OMS, 58 países han aplicado políticas para eliminar este tipo de grasas de los alimentos, protegiendo a miles de millones de personas en todo el mundo. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), su ingesta provoca hasta 500.000 muertes prematuras por cardiopatía coronaria en todo el mundo cada año. A principios de 2023, esta institución informó que actualmente hay 5.000 millones de personas sin protección contra las grasas trans, y que 9 de los 16 países que informan la mayor proporción estimada de muertes por cardiopatías coronarias relacionadas con el consumo de estas grasas no tienen políticas de protección. Australia, Azerbaiyán, Bután, Ecuador, Egipto, Irán, Nepal, Pakistán y la República de Corea son algunos de los países mencionados en el informe de la OPS
¿Cómo se pueden remplazar las grasas trans?
Estas están de forma natural en algunas grasas de tipo animal y se presentan luego de la hidrogenación parcial de grasas vegetales, proceso que se realiza para obtenerlas en estado sólido y dar las texturas deseadas para algunas preparaciones de alimentos. El aceite de palma se destaca como una alternativa a las grasas trans, atractiva para la industria alimentaria, ya que su estearina es sólida a temperatura ambiente, sin necesidad de hidrogenar, es naturalmente libre de grasas trans y es una fuente natural de vitamina A, vitamina E y antioxidantes. Además, cuenta con cualidades neuroprotectoras y es resistente a altas temperaturas, lo que lo hace adecuado para su uso en frituras y otras preparaciones.
Otras alternativas recomendadas para reemplazar las grasas trans en aplicaciones alimentarias incluyen aceites vegetales de mediana y alta estabilidad oxidativa para freír, margarinas a base de aceites vegetales interesterificados, aceites vegetales fraccionados y grasas vegetales totalmente hidrogenadas para uso hogareño, de servicio de comidas e industrial en margarinas para untar y para repostería.
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¿Qué sigue en cuanto a la protección de la salud?
El compromiso por la salud de los consumidores sigue intacto. La OMS recomienda que los países se centren en la adopción de políticas basadas en mejores prácticas, seguimiento y vigilancia y mejores aceites alternativos y concientización. Igualmente se solicita a los fabricantes de alimentos y a los proveedores de aceites y grasas a eliminar las grasas trans de la producción industrial de sus productos.
El marco regulatorio en Colombia cuenta con la Resolución 2508 de 2012 del Ministerio de Salud y Protección Social en el que establece la cantidad de grasa trans que debe expresarse en la etiqueta de los alimentos en el país. La reciente Resolución 2492 de 2022 del Ministerio de Salud establece el proceso para etiquetar el sello frontal de advertencia de grasas trans en los alimentos.
Grasas trans y sus efectos en la salud