Información del sector palmero colombiano - Fedepalma

Idear el futuro por mano propia

Fedepalma y el inicio de Cenipalma

Foto: archivo Fedepalma

Dicen que las ideas punteras, disruptivas, revolucionarias e impactantes, no se originan bajo un espontáneo y efímero rayo de luz. Y, aunque pueden surgir en pocos minutos, son en realidad producto del conocimiento (o conocimientos), que cambian las perspectivas desde las que antes se abordaban los problemas.

Muy temprano entendió Fedepalma que no bastaban el concurso entusiasta de profesionales calificados y la inversión de dinero, tiempo y esfuerzos para invocar al espíritu de la innovación. Primero tendría que dedicarse a llenar de conocimientos una maleta, de la cual más tarde las grandes ideas saltarían para allanarles el camino que los llevaría a alcanzar sus metas.

Se ajuició entonces a conocer las necesidades de sus agremiados (de asistencia técnica y comunicación); aprender de los líderes palmeros en el mercado mundial (Malasia e Indonesia); desafiar la manera tradicional de hacer las cosas (visión de futuro); crear escenarios para el intercambio de saberes y de información (congresos nacionales, conferencias internacionales y publicaciones); explorar recursos y usos alternativos para sus aceites y los residuos de sus procesos industriales; abrir nichos, explotar las tendencias de los consumidores (productos orgánicos, amigables con el medio ambiente, con sello de sostenibilidad), etc.

De manera que cuando se asoman crisis, la capacidad de reacción proactiva de Fedepalma sorprende con soluciones innovadoras. Muestra de ello fue lo sucedido a finales de los ochenta (para muchos “los años dorados de la palmicultura”), cuando empezaba el ocaso de las medidas de protección de la agricultura nacional, y se desnudaban los mercados (con todas sus imperfecciones) ante una depravada competencia extranjera, llena de subsidios y aranceles.

Para asumir los súbitos cambios, los palmeros reorganizaron su órbita institucional y fijaron su mirada más allá del horizonte cercado de sus fincas. Crearon su propio centro de investigación científica (Cenipalma), al que le dieron apoyos intelectuales y económicos, lo que incentivaría con creces el pensamiento creativo. El mismo que lo convertiría en una respetada entidad científica que capta el conocimiento, lo genera, lo comparte, lo transfiere y lo pone en primer lugar al servicio de la palmicultura. El hito que en 1990 marcó Fedepalma con la creación de Cenipalma, fue el primero de una serie que aún no termina.

Se destaca su reciente consecución de una patente sobre un método único en el mundo para medir en tiempo real el potencial industrial de aceite del fruto de cada proveedor específico. Con la metodología patentada, la extractora podrá pagar calidad y también reconocer a sus mejores proveedores y hacerles seguimiento a los que no lo son, para establecer planes de mejora.

 
Con la metodología patentada por Cenipalma es posible conocer en tiempo real el potencial de extracción de aceite del fruto específico de cada proveedor. Foto: archivo Fedepalma.

Otra innovación destacable es el ANA (por ácido naftalenacético), un polinizador artificial del híbrido OxG (el también llamado “alto oleico”), que fue la solución en Tumaco, cuya cara renovada con la palma africana a principios del siglo XXI desfiguró la Pudrición del cogollo. Sin embargo, con todo y sus ventajas, este híbrido resistente a las enfermedades presentaba un problema mayúsculo, pues debía polinizarse a mano (por la baja viabilidad del polen de sus flores masculinas). Con el ANA se han logrado incrementos hasta del 27% en la extracción.   

Ya la historia de Cenipalma era exitosa. En 1998 había creado el Laboratorio de Análisis Foliares y de Suelos, que luego extendería sus servicios a, por ejemplo, la comercialización de feromonas para el manejo de plagas, el análisis de calidad del aceite y la aplicación del sistema de información geográfica (Geopalma Pro), entre otros.  

Todos esos frentes, más otros que se han ido sumando en el tiempo, evidenciaron la necesidad de crear un ente comercial: Tecnopalma, cuyo objetivo es fomentar la oferta tecnológica a partir de un portafolio que atienda los retos de la palmicultura sostenible y productiva. 

La tarea de investigación y de innovación tecnológica de los palmeros es permanente. El siglo XXI despertó con un problema existencial de la humanidad, que la obliga a cambiar el rumbo de sus procesos de desarrollo. La agroindustria, en cabeza de Fedepalma, ya comenzó a hacerlo. Está empeñada en seguir los lineamientos de la economía circular, hoy reconocida como un modelo eficaz para superar la crisis ambiental planetaria.    

En consecuencia, sus plantas de beneficio se están convirtiendo en verdaderas biorrefinerías, con un patrón de producción cerrado en el que interactúan economía y medio ambiente. De nuevo, la agremiación está moviendo todos sus brazos institucionales en forma articulada, para adaptarse a las circunstancias, al tiempo que prevé, propone y soluciona.  

 

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